3...2...1 y comienza nuestra aventura en la capital de Portugal. Con los nervios a flor de piel Paula y yo, Antonio, nos encontramos en el aeropuerto de Madrid suuuper temprano, procurando que todo saliera bien y sin muchas prisas. Después de tomar el avión y llegar a nuestro destino nos encontramos con nuestras compañeras Sandra y Belén que iban a ser nuestras guías durante el primer día aquí en Lisboa. Nada más llegar, dejamos las cosas en casa y fuimos a conocer al equipo de trabajo de Svenson aquí en Lisboa. Ya al mediodía y con mucha hambre nos dimos un festín comiendo las explosivas francesinhas.
Como hacía un día excelente nos decidimos por ir a la playa de Estoril que ¡solo está a media hora de casita!. Como en esta vida no todo es perfecto, cuando llegamos a la playa para nuestra sorpresa empezó a hacer mucho viento y un oleaje que daba miedo, pero en cualquier caso los 4 nos la pasamos super bien.
Nuestro primer fin de semana no pudo ser mejor!!
Nos levantamos temprano para poner rumbo hacia Sintra. Cogimos el famoso tranvía 28 y dos o tres transportes públicos más para llegar allí, se hizo pesado... ¡¡pero mereció la pena!!
Nada más llegar visitamos el Palacio da Pena, nos quedamos embobados con los colores que tiene este lugar, las vistas son increíbles. Después de recorrer cada rincón fuimos a Quinta da Regaleira, nos pareció un sitio mágico y encantador lleno de guiris por cierto jajajaja.
Teníamos pensado continuar visitando lugares, pero las cuestas que había acabaron con nosotros.. Y ahí acabó un maravilloso día por Sintra.
Aún el fin de semana no había acabado y estábamos dispuestos a disfrutarlo a tope. Hacía un día espléndido con una temperatura ideal, y a 2 minutos de casa se encuentra un parque muy bonito que nos recordaba al parque Retiro y ahí nos quedamos a comer y dormir una buena siesta española ;), cuando nos despertamos nos arreglamos y fuimos a la Praza du comércio, que es maravillosa!! Nos tomamos una cervecita con unas vistas envidiables.
Después dimos un paseo por la plaza acompañados de los músicos que hay por las calles, que hacía del paseo un ambiente increíble, nos compramos unos pasteles de Belén, y nos los comimos viendo el atardecer junto a la playa, estaban riquísimos por cierto!! Así de bien acabó nuestro primer fin de semana.